Es su hermano el culpable de su pasión por la roca. Hace años le mostró los «secretos» del Parque Natural de Tamadaba en Gran Canaria y sus paredes. Desde entonces no desaprovechó la oportunidad de viajar a la isla vecina cada un fin de semana libre.
El tiempo siempre escasea cuando estudias medicina pero eso no impidió que continuase practicando la escalada en su poco tiempo de ocio. Tanta es su pasión por los pies de gato y el magnesio que decidió trasladarse a Gran Canaria para terminar su formación como MIR y así continuar escalando. «Al final, la escalada se ha convertido en mi forma de mi vida. Entreno durante la semana y los fines de semana voy a roca. Me encanta planificar viajes de escalada para seguir disfrutando de lo que me llena.»
Jenifer es muy activa y pesar de su apariencia angelical lleva dentro toda una guerrera. También le encantan los deportes acuáticos donde se dedicó a la natación durante 7 años. Le gusta escaparse de vez en cuando al agua donde sigue su aprendizaje en el arte de lidiar olas con body board.
Pero sin duda la escalada se ha convertido en su válvula de escape, lo que la hace feliz. «Cuando estoy en la pared siento que tengo que resolver ese problema de regletas, romos y pies, y ése es mi único problema en ese momento, el resto ya no importa. Y ese es el secreto de la escalada, lo que nos engancha, lo que nos vuelve unos locos de la roca«.
#beajotalander
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