El Hobie Cat es un catamarán que comenzó a difundirse en los años setenta, y pocas modificaciones ha sufrido desde la época, siendo el más extendido de la historia. No es de extrañar que sea idóneo para disfrutar de la navegación, ya sea como principiante o experimentado. Es por eso que puede definirse como el primer paso a la navegación.
Y es que desde la época de los fenicios, la navegación ha sido el medio primigenio que permitido ir más allá de las fronteras terrestres. Se considera un arte por la destreza que se debe tener para sortear los peligros de la navegación, y una ciencia porque se sustenta en conocimientos físicos, matemáticos, oceanográficos, cartográficos y astronómicos.
Un placer que deberíamos sentir al menos una vez en la vida
Solo aquellos que alguna vez han navegado en silencio, con el susurro de las velas y golpeteo del mar contra la embarcación sabrán que es una sensación sobrecogedora. Un placer de pocos al alcance de muchos que deberíamos sentir al menos una vez en la vida. Como nuestro jotalander Adrian Guerrero que no perdió la oportunidad de participar en la regata organizada por la Escuela Española de Vela de Islantilla, Huelva.
Se realizaron dos mangas, en la primera realizada por la mañana el viento marcaba una dirección norte pero sin mucha intensidad lo que hizo que la manga fuera bastante relajada y finalizara en la undécima posición. Ya por la tarde en la segunda manga el viento cambió a componente sur oeste con una intensidad de 14 nudos. Esto propició una manga más intensa y disputada llegando al final de la misma en séptimo lugar. Con un total de quince catamaranes de distintas categorías, nuestro jotalander finalizo en la octava posición una vez realizado el rating de la prueba.
Texto: Adrian Guerrero
JOTALANDER #001
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