Fran tiene el privilegio de vivir al pie del Faneque, uno de los acantilado más altos del mundo con sus 1027 metros. Y claro, como toda cabra tira para el monte… nada mejor que hacerlo en mountain bike. Aunque desde siempre la bici ha sido parte de su actividad cotidiana no fue hasta 2013 cuando decidió poner su cuerpo y alma sobre los pedales. Este jotalander amante de las actividades al aire libre como el trekking o el beach tennis es todo un bailarín; cosa incomprensible pues aún después de su jornada de trabajo como monitor deportivo tiene fuerzas ir a ensayar y quedar con sus compañeros del club ciclista «Tamadaba Bikers». Contagia su actitud positiva y no tiene reparo a alentar a otros para superar obstáculos. Y como el dice «Llueva, truene o el sol raje las piedras hay que seguir en carretera y si es con barro se pasa mejor».
#jotalander
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